¿Cuál es la mejor leña para nuestra chimenea?

Nov - 10
2018

¿Cuál es la mejor leña para nuestra chimenea?

Con el invierno a la vuelta de la esquina, desde Su DESHOLLINADOR queremos ayudarle para pasar el frío de la mejor manera posible. El tener una chimenea nos hará más llevadero el largo invierno. Pero, ¿cuál es la mejor leña para nuestra chimenea?

Para hacer un buen uso de nuestra chimenea, no basta con tener la mejor chimenea, sino que también hay que saber qué leña para chimenea podemos usar, ya que no todas las leñas sirven para lo mismo, y por tanto el rendimiento no será el deseado.

Si sabemos que leña emplear en cada momento conseguiremos no sólo un buen rendimiento para nuestra calefacción, y por consiguiente un  mayor aporte de calor a nuestro hogar, además evitaremos que ésta se deteriore y que se alargue la vida útil.

 

El secado de la leña

Seccion de madera: corteza, albura y duramen

Sea cual sea la madera elegida, tiene que estar bien seca. La madera húmeda calienta muchísimo menos, porque gran parte de la energía se emplea en evaporar el agua que contiene. La albura (así se domina la madera nueva que está justo debajo de la corteza) puede llegar a contener hasta un 75% de agua

Leña para chimenea: aspecto leña seca

Además, la madera mojada desprende mucho humo y pocas llamas, ensuciando así tanto el hogar como el cristal y la chimenea. Para favorecer el secado, es muy importante hacer unas hendiduras en los troncos grandes, así como cubrir la leña para abrigarla de la lluvia, pero manteniéndola siempre bien ventilada. En general hay que contar con un mínimo de dos años de secado; en cuanto vaya adquiriendo experiencia aprenderá a calcular el grado de sequedad de los troncos sopesándolos. Cuanto más secos estén, menos pesarán, y el sonido al golpear un contra otro será más claro

La baja humedad influirá en el correcto encendido, la calidad de las llamas, la contaminación y el hollín de su chimenea o estufa.

Madera secaTodo este proceso natural y logístico, convierten a los meses de agosto, septiembre y octubre en los periodos ideales para acopiar nuestra leña en casa.
Si adquirimos leña en los meses de duro invierno, la leña que compremos estará seca, no será verde, pero puede que nos la sirvan mojada, si resulta un invierno lluvioso

El secado natural de la leña al aire y al sol, es la garantía, de obtener un producto libre de humedad y en óptimas condiciones de combustión.

Lo ideal, acopiar en verano como las hormiguitas y consumir en invierno.

Tipos de leña para chimenea

Hay que mencionar que existen dos tipos de leña para chimenea: la madera dura y la madera blanda.

Comparativa de maderas

Leña de madera dura

Esta clase de leña posee una alta densidad de fibras de madera, lo cual hace que aporte más calor a nuestro hogar.

Llamas leña

Además es ideal para mantener y prolongar durante mucho tiempo el fuego, ya que al ser más densa tiene un gran potencial de calor. Por eso lo recomendable es encender el fuego con una leña de madera blanda y trascurridos unos 15 minutos insertar leña de madura dura, ayudándonos con accesorios para chimeneas para no quemarnos.

Otro factor importante a considerar para conseguir que nuestra chimenea dé el calor óptimo, es el tipo de chimenea que tengamos, es decir, no es lo mismo tener una chimenea abierta o cerrada ya que esto va a influir en la elección del tipo de leña.

Lenguas de fuego

En este caso la leña de madera dura juega un papel importante, para las chimeneas abiertas este tipo de madera es la mejor opción, debido a que al estar abierta entra demasiado aire frío, lo que provoca una rápida evacuación entre el frío y los gases de la combustión que hace que no se intercambien calor con la habitación.Si disponemos una chimenea cerrada tanto la madera blanda como la dura tienen la misma función y sirve para lo mismo, esto se debe a que no entra mucho aire ya que la entrada de este se puede regular.

El único inconveniente que tiene este tipo de madera es que al poseer una alta densidad, cuesta mucho encender el fuego, por eso siempre es aconsejable no utilizarla para encender el fuego.

Los árboles de los que son extraídas las maderas duras son el roble, nogal, olivo, cerezo o encina entre otros.

El roble es una madera dura a la que le cuesta encender (necesita altas temperaturas), pero una vez se prende, vale la pena disfrutarlo con sus brasas y crepitar de las llamas. El aporte calorífico es elevado. Su combustión es lenta y aporta calor de forma prolongada a una estancia. Las llamas y las brasas duran mucho tiempo. El roble, por ejemplo, es un excelente combustible, pero, al contrario que las demás maderas, tiene que estar sin cubrir dos años para que la lluvia arrastre y elimine los taninos que contiene; después, se coloca bajo algún tipo de abrigo otro año o dos antes de utilizarla. La proporción de albura (que arde con demasiada rapidez) en las ramitas pequeñas es importante, pero aparte de eso, el roble es una leña de combustión lenta, que proporciona un fuego tranquilo y buenas brasas. Es ideal para hacer barbacoas y para su utilización en la modalidad de fuego continuo.

Madera de roble

La encina es una madera dura que cuesta encender como el roble, pero el poder calorífico de este tipo de madera es de los más elevados. La leña de encina se consume prácticamente sin llama por lo que si se busca una buena brasa es ideal. Su combustión es muy lenta y posiblemente es la mejor madera para calentar en vuestra chimenea o estufa.

Madera de encina

El haya es una madera dura que cuesta encender, pero que aporta una calidez al fuego entre llamas y brasas espectacular. Es recomendable para días de invierno en que está delante del fuego y le apetece la compañía de las llamas y el confort del calor. Quema durante mucho tiempo.

Madera de haya

El olivo es una madera muy dura que cuesta encender más que el roble o la encina, pero al contrario de la encina no genera prácticamente brasas y su combustión es con llama. Si busca disfrutar de las llamas de forma continuada, ha encontrado la leña perfecta. Por cierto, el aroma a olivo o aceite es espectacular cuando se quema.

Leña de madera blanda

Este tipo de leña posee una menor densidad en relación con las de madera dura, por lo que ayuda a prenden enseguida el fuego.

Para hacer un buen uso de esta clase de madera, se debe emplear exclusivamente cuando se dan unas determinadas situaciones:

  • Por un lado, hay que utilizarlas cuando se va a encender el fuego, ya que al ser poco densa las llamas del fuego surgirán enseguida, pasados unos minutos precederemos a insertar la leña de madera dura.
  • La otra ocasión en las que se debe utilizar la madera blanda, es en el momento en el que el fuego esté a punto de apagarse y queramos seguir disfrutando del calor de nuestra chimenea.

Las desventajas que tienen esta leña de madera blanda es que dura muy poco, además irradian poco calor y apenas dejan brasas consistentes.

El pino es una madera blanda que arde con facilidad. El pino es muy adecuado para encender un fuego, hace muy buena llama y consigue calentar la chimenea o estufa rápidamente. Este tipo de leña se consume rápidamente.

El abedul, fresno y castaño son maderas blandas que se encienden con facilidad y generan unas llamas muy cálidas. El aporte calorífico es correcto y se consume más lentamente que el pino.

Los árboles que proporcionan leña de madera blanda son el abeto, álamo o abedul.

Si hablamos del cerezo silvestre o de los árboles frutales son excelentes combustibles, pero raros; producen llamas hermosas, tranquilas y buenas brasas; ideales para barbacoas y para su utilización en la modalidad de fuego continuo.

El carpe, el cerezo silvestre y los frutales

El abedul, el tilo, el castaño, los chopos, álamos, la robinia o falsa acacia y la acacia son árboles muy frondosos y de madera tierna; producen llamas bellas y armoniosas, pero vivas y pocas brasas. Arden rápidamente y lo mejor es utilizarlas para avivar el fuego. Pero ¡¡¡cuidado!!! los álamos y chopos producen cenizas abundantes y volátiles y la rebobina (falsa acacia) y la acacia producen importantes proyecciones de chispas.

Ahora ya tiene algunas nociones de cómo se comportan los diferentes tipos de madera, las que sirven para encender, las que se consumen con llama o con brasa, etc. lo mejor es combinarla en función de sus necesidades.

Antes de ir a comprar la leña hay que tener en cuenta el siguiente consejo: La humedad también influye en el peso total de la madera que compra. Por ejemplo, en 2000 kgs de leña de encina al 40% o al 20% estará comprando 800 kgs de agua o 400 kgs de agua, respectivamente. Es decir, hay una diferencia de 400 kgs de agua (400 litros) que afectarán a la combustión, la contaminación y al calor aportado por esos 2000 kgs de leña de encina.

Y por último, le informamos que está totalmente prohibido utilizar maderas que hayan sido sometidas a cualquier tratamiento químico, traviesas de vías férreas, y aglomerados, que ensuciarán rápidamente el hogar y pueden producir emanaciones tóxicas.

Tenga especial atención a las maderas resinosas ya que desprenden mucho calor, pero se consumen con rapidez; proyectan las brasas y las resinas que contienen ensucian las chimeneas; evite su utilización.

¡¡¡HASTA PRONTO EN SU DESHOLLINADOR!!!