El engaño de los deshollinadores químicos

Nov - 17
2020

El engaño de los deshollinadores químicos

Pastillas, troncos y/o sacos deshollinadores… El engaño que pone en riesgo su monedero y, sobre todo, SU SEGURIDAD.

Se denominan productos “deshollinadores” pero nada más lejos… En realidad son productos químicos que lo que hacen es cambiar de estado el hollín de su chimenea. Estos químicos son usados para descomponer la capa exterior de creosota que se desarrolla en las paredes de la chimenea. Una vez que el producto “deshollinador” se enciende y se deja quemar de acuerdo a las instrucciones, estos químicos se levantan con el calor y se depositan en la creosota. Con los fuegos frecuentes, la creosota es descompuesta químicamente para que pueda caer como ceniza. Es decir, pasamos de tener un hollín con textura como la de sal gorda a una tipo harina (lo que también dificulta la limpieza posterior que realice el deshollinador). Es muy importante tener en cuenta que los productos deshollinadores no pueden reemplazar un servicio completo de limpieza ya que no tienen ninguna actividad frente al resto de residuos ni a los nidos de aves que puedan estar bloqueando la correcta ventilación del conducto de la chimenea.

En definitiva… Ni limpian ni eliminan el hollín, sólo lo transforman y lo dejan “quietecito” en el conducto…

¡¡¡LISTO PARA INFLAMARSE!!!

 

Desde que salieron al mercado se venden en grandes cantidades. En Su DESHOLLINADOR queremos evitarle que caiga en el timo que supone la compra de estos productos. Supuestamente sirven para limpiar la chimenea pero el hollín no desaparece tras su uso. En una limpieza realizada por un profesional, el deshollinador arranca el hollín y se lo lleva (y por cierto, no lo tira a la basura sino que se recicla como producto industrial que es).

 

 

Como profesionales de la limpieza de conductos, en Su DESHOLLINADOR, cuando vemos un conducto por dentro, somos capaces de detectar cuando en la vivienda se han usado productos para deshollinar la chimenea. A simple vista, la estructura singular del hollín es prueba de su uso. Con las pastillas para deshollinar, el hollín sigue en el conducto y aumenta la dificultad para eliminarlo de una manera más limpia.

Los deshollinadores químicos igualmente no inspeccionan la estructura física de la chimenea, identificando las reparaciones necesarias. En esencia, no le recomendamos su uso por las dificultades que puede encontrarse posteriormente. Si realiza una limpieza profesional una vez al año o cada 3000 kg de leña quemada, no tendrá ninguna necesidad de gastar en productos limpiadores de chimeneas.

 

Los usuarios de estos productos tienen la idea errónea que “barren” y hacen desaparecer con el hollín la creosota y la ceniza en la chimenea. Aún más, aquellos que utilicen los productos y no investiguen su eficacia corren el riesgo de desarrollar un peligro de incendio en sus hogares si no realizan limpiezas regulares a la chimenea. Es más, incluso en los propios envases del producto, se recomienda realizar un deshollinado mecánico una o dos veces al año… ¡¡¡MÁS CLARO IMPOSIBLE!!!

En resumidas cuentas, la limpieza de la chimenea hay que hacerla. Se debe llamar a un deshollinador, pero no a un deshollinador cualquiera (debido a la situación actual, hay mucho intrusismo en el sector) ya que no estará dado de alta, no dispondrá de las mejores herramientas lo que no le permitirá llegar a las partes más complicadas del conducto y competirá con precios abusivos que no le ofrecen ninguna garantía posterior. A pesar de todo esto, pensamos que es peor usar los productos deshollinadores que contratar un deshollinador aficionado. Si prefiere contar con un servicio PERFECTO, llame a Su DESHOLLINADOR y pida su factura. La factura contribuye a que el servicio que está contratando tenga calidad y garantía.

Recuerde la importancia de deshollinar su chimenea por su SEGURIDAD.

¡¡¡HASTA PRONTO EN SU DESHOLLINADOR!!!